La tragédia del 54

Un día de ésta semana, Gustavo Porras escribió acerca de la revolución del 44 y su desenlace trágico diez años después. Solo uno o dos días después apareció como siempre en mi correo electrónico (no deseado por cierto) un boletín del sitio Web www.opinion.com.gt, en el que Lionel Sisniega suelta una diatriba acerca del supuesto comunismo que corrompía a la sociedad guatemalteca.

Dice él, que la contrarrevolución no fue cosa de los gringos; que fue un movimiento nacionalista en el que los susodichos simplemente proporcionaron las armas para la “liberación”. Lo más lamentable del caso es que esa es la perspectiva que tiene la mayor parte de la población acerca del periodo revolucionario, porque se ha omitido de los programas de educación intencionadamente, para que sea la leyenda del “comunismo ateo”, propagada por los diarios y la televisión. Es prudente mencionar que Prensa Libre surge como instrumento ideológico de desestabilización y engaño de las masas populares, urbanas y rurales y nunca tuvo más libertad de expresión, que en el periodo revolucionario. Igualmente el Canal 3, surge con la misma intención, pero ahora financiado por el gobierno gringo, para darle legitimidad a los gobiernos carniceros, que se sucedieron desde la caída de Arbenz, hasta 1986, y que por cierto de allí en adelante no fue tampoco un gran adelanto puesto que el control del país sigue siendo exclusivo de la élite terrateniente y de los militares, impuestos debido a su ciega estupidez.

Lo que quiero aclarar es: primero, La contrarrevolución si fue un reflejo del imperialismo Yankee, Sisniega, el mico Sandoval, y el resto de militares fueron solo perros arrastrados, instrumentos del gran capital transnacional que tenia y tiene delineada un política clara para Latinoamérica. Segundo, no puedo negar que en el gobierno de Arévalo o de Arbenz se hayan cometido ilegalidades, las acusaciones que se les hacen son exageradas y ridículas y realmente no se comparan con las decenas de miles de muertos en nombre de la libertad que dejaron los regímenes militares y los que le siguieron.