Como le es usual a Montaner, una apología acerca del libre mercado y de lo maravillosa que es la democracia. Quiero decir, al leer "benévola democracia" me vienen a la mente todas las guerras libradas en Europa y fuera de ella por los intereses coloniales e imperialistas, que por cierto establecieron en los siglos XVI al XIX regimenes esclavistas y serviles, y ya en el XX simplemente democracias títeres, que aseguraran la explotación colonial.
Eso es solo en los países periféricos, en las grandes metrópolis la influencia menos visible pero más directa de los grandes poderes económicos, nacionales y transnacionales la hace más terrible. Allí tenemos las guerras libradas en oriente en la actualidad, escudadas bajo la farsa de la democracia. La vieja autodeterminación de los pueblos es nula cuando interfiere con el flujo de mercancías, aun más si son esenciales para la continuidad de la mascarada.
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